Esperilina
En primer lugar, queda ubicado en medio de la nada, pero una nada muy hermosa que vale la pena observar; de modo que tienes que ir sí o sí en vehículo. Tiene estacionamiento así que no hay problema. Por fuera sólo llama la atención la entrada, donde hay un auto sobre la mampara.Cuando entras parece un humilde museo pequeño. Pero ajá!!!!! Empiezas a descubrir que tiene más de una sala, con autos maravillosos, aún si no te interesan los autos (a mí no me interesan, pero wow que son lindos!). Te transportas en el tiempo. Además de una decoración muy de la época de los autos exhibidos, con carteles, afiches, máquinas, etc.También tiene un espacio dedicado a la fotografía MARAVILLOSOOOO, también otra sala con elementos de los pioneros y colones de Puyehue, carretas, cajas de galletas, máquinas del hospital, botellas, etc.Y salas y salas de autos! y se puede pasar horas allí sin que te des cuenta.Cuenta con una cafetería restaurante, donde se prepara muy rica comida (jabalí, pato, trucha, salmón, etc.), jugos naturales y kuchen de la zona, con una excelente atención.